24 agosto 2007

malas costumbres

Si estoy en mi casa, estoy descalza. No puedo usar calzado de ningún tipo. No importa si hay -10º, si se volcó ácido por todo el piso, si se rompió una botella de cristal y están los vidrios esparcidos por ahí. No importa. En mi casa no uso zapatos (ni championes, ni botas, ni chancletas, ni alpargatas, ni pantuflas, ni nada).
Creo que al principio fue una pequeña rebeldía contra mi madre que odiaba que anduviera en medias patinando por ahí, pero después se volvió una costumbre. A tal punto lo tengo incorporado, que me pasa seguido de perder los championes, de no recordar donde me los saqué, porque lo hago de forma inconsciente. (Igual debo admitir que el 80% de las veces quedan tirados cerca del sillón, porque parece que me los saco justo antes de desplomarme a tratar de mirar tele).
Igual hay algo -un detalle no menor- que cada día me molesta más. Algo que hace que la felicidad de estar descalza no sea completa, de hecho, algunas veces hace que ésta felicidad sea totalmente inexistente. Para ir hasta la computadora, tengo que salir al fondo de mi casa e ir hasta una habitación que hay afuera. El camino hasta éste lugar está hecho de un hermosísimo canto rodado, colocado cuidadosamente, piedra por piedra, para que cuando pases no haya forma de no salir lastimado. Es una tortura. Cada piedra que pisas te provoca un dolor indescriptible. Ya busque la forma de pisar donde sean mas inofensivas, pero no hay ningún camino perfecto. Hay una forma de no pisar estas piedritas, pero tengo que caminar algo asi como 35 o 36 pasos más. A veces lo hago, pero no siempre uno tiene ganas de tomarse la molestia, entonces entrecierro los ojos, pienso en cosas lindas y muy despacito camino en puntas de pie hasta atravesar el piso de piedras. Después repito religiosamente estas palabras: "Pero la grandisima p*** piso de m****!!!" y sigo hasta donde fuera que iba. Éste ritual puede repetirse 8,9 o 10 veces por día. Solo 3 veces los días de lluvia o menos si ademas hace mucho frío.

5 comentarios:

Bichicome dijo...

lavate las patas!.

Horacio dijo...

cuando uno cree que sus propios problemas son graves, y se hace mala sangre, se preocupa, se angustia, se estresa, es bueno leer cosas como esta, que nos demuestran que hay gente que tiene problemas graves de verdad

todo mi apoyo y solidaridad para vos sool, y mi más enérgico repudio para el que se le ocurrió poner ese piso de canto rodado ahí

FUERZA COMPAÑERA!!!!!

chicle dijo...

Sufrí mucho ese piso (en verano).
Cuando pensé el comentario lo iba a defender igual porque queda lindo. Pero hay pila de pisos lindos que no hacen daño. Que se vaya a cagar mejor.

betty dijo...

qué son los championes?

Anónimo dijo...

yo q tambén ando descalza en todos lados, incluida tu casa, sufrí los efectos de esas odiosas piedritas.
son lindas, redonditas y parecen tan inofensivas... pero es mentira! son peores q una cama de clavos!
tenés q ir por el pasto sole... yo hacía eso...