29 enero 2005

viva la maldita ciudad

SOOL
Estoy sentada en la arena, corre una brisa fresca tipica de las tardecitas de enero y alla a lo lejos ecucho el sonido del mar. Estoy pensando en cosas, si cosas, asi llamamos a lo que no sabemos que es....porque probablemente no estubiera pensando en absolutamente nada... bien! Eso me encanta. De mi bolso saco un cigarrilo y lo prendo. Capasque ahora si estoy pensando en algo... no lo se, de lo unico que tengo certeza es de la paz que me invade.
Miro el cielo y me extraña que aun no se vean estrellas. Busco en donde se que estan mis constelaciones preferidas pero no encuentro nada... Mientras espero que la naturaleza vuelva a la normalidad decido recostarme en la arena aun tibia por el recien desaparecido sol. De pronto las cosas dejan de ser perfectas... siento un pequeño pinchazo en mi brazo. Lentamente y con la tranquilidad que caracterizaba a este momento me incorporo para ver que es lo que perturba mi comodidad. "Mierda!" Grito mientras observo mi pobre codo. Un jeringa oxidada y del tamaño de un camion estaba atravezando mi piel. Volvi a gritar, pero esta vez tampoco fui escuchada, ni siquiera por los 70 planchas que bajaban a la playa, ya que el ruido de los autos era muy fuerte. Por un momento una ola de olor a revenido me hizo olvidar el dolor, pero no por mucho tiempo, ya que un estupido niño que jugaba al futbol en las cercanias pateo su tambien estupida pelota sobre mi herida.
Si definitivamente ya estaba en Montevideo.
Ouch! Me cago una maldita paloma!

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