No hay nada como una tarde de no mucho trabajo y de frio. Me encanta.
Amo temblar y que se me contractura la espalda.
Hay veces que la alegría me invade cuando noto que la mandíbula duele y los dientes también.
Me encanta casi no poder moverme de tanta lana y abrigos. Que mi nivel de torpeza aumente enormemente es algo a lo que me puedo adaptar. Volcar cosas en la mesa y tirar otras con el codo (o con la lana que cubre al codo) no es tan grave... o no lo sería si estas cosas pasaran mas lejos de la computadora.
El tema de no tenes mucho que hacer es que vuelvo a prestarle atención a los programas radiales y por lo tanto, me acuerdo de las pelutudeces enormes que dicen.
No voy a hablar de los comerciales, porque son tan pedorros que ni merecen ser nombrados.
Pero me encanta, mismo que si. Me gusta porque me hace ser mas fuerte! Me hace acostumbrarme a que si tengo frio me la banco.
Vamo carajo!
Se que puedo ser una mejor y mas fuerte persona.
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