Es impresionante en la cantidad de cosas que me puedo equivocar después de dormir la siesta. (Aha! Yo no dormí siesta jamás y ahora veo por que).
El tema es que tuve que ir al super a comprar un vino. Llego a la caja, pongo las tres porquerías que compre y espero a que la cajera me diga el monto. Pero no pasa nada. Espero mas rato, pero en vez de apurarse la muy impertinente me mira con cara de "dale! Que esperas?" a lo que le respondo un cortante "QUE." y me dice, "bueno, que tenes una botella de vino bajo el brazo, te la tengo que cobrar". Ese fue el error uno, frente al cual me disculpé.
Al rato me pregunta "Tarjeta de puntos?" pero en vez de entregarsela le conteste: "no gracias". Me miro como rendida frente a mi idiotez y siguió empaquetando.
Por suerte, cada vez que me siento como una idiota se que puedo ir al super de la esquina de mi trabajo que los empleados te hacen sentir como si tu fueras Einstei en persona.
Pero bueno, en ese momento estaba lejos de ese super y por lo pronto lejos del que había ido, porque cuando miro para atrás, venía corriendo hacia mi un guardia de seguridad. Si, me estaba yendo con el carrito hasta andá a saber donde. Por suerte le pude explicar que había sido una equivocación, que no tenia planes de quedarme con el carrito pra uso personal.
En fin.
Eso.
Mejor no duermo mas.
1 comentario:
Chupas y dormis...
que linda vida...
te falta endrogarte y robar ancianos...
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